Los encajes y su historia
Italia: Renacimiento - Encaje de Milán
El encaje Numérico: Hinojosa
Renacimiento: Siglos XVII y XVII
Detalle de "La Presentación en el Templo"
La pintura ha sido, quizás la más importante por su carácter visual, testigo en el transcurrir de los tiempos de la vida del hombre. Gracias a los artistas pintores, que a veces de forma totalmente fidedigna, han sabido plasmar el detalle de los adornos y complementos de las indumentarias de los protagonistas de sus retratos, ha podido llegar a nuestros días la información privilegiada de qué disponer para establecer su historia.
(A la izquierda "Presentación en el templo")
Así antes del S XVI, podemos apreciar entredoses y cintas decorativas realizadas con hilos metálicos o de color aplicadas sobre el tejido (pasamanerías), que nos hacen pensar en que han sido precursores del encaje de bolillos. Probablemente influenciados por cambios en la forma de los cuellos y remates de las prendas, las bandas decorativas supusieron una evolución en la forma de ser realizadas, pasando de la aguja al bolillo, lo que suponía una mayor rapidez en su ejecución y un abaratamiento del coste. Asimismo, cambios en la elaboración de los hilos metálicos ayudaron a este avance.
La pintura de Andreas Mantegna (1431-1506) “Presentación en el templo” es una buena muestra de esta transición. http://commons.wikimedia.org/wiki/File%3AMantegnaPresentazione.jpg
O bien esta otra de Pala Sforcesca, dedicada a Beatrice d’Este, esposa de Ludovico Sforza, cuya imagen completa podéis verla en:
http://en.wikipedia.org/wiki/Beatrice_d%27Este#/media/File:Pala_sforzesca.jpg
La aparición de la imprenta benefició la difusión de los encajes, y aunque durante el S XIV, no era común que las familias pudientes tuvieran en sus casas libros impresos, las cosan cambiaron a partir del S XV, produciéndose en mayor cantidad y aquéllos dedicados a la educación femenina tuvieron un gran auge (literatura y labores), entre los que se incluían aquéllos dedicados al encaje de aguja. Artur Lotz, llega a anotar hasta 111 libros impresos entre 1523 y 1600, aunque solo 2 de ellos estaban dedicados al encaje: “Le Pompe” y “Nuw Modelbuch”.
Existía una gran diferencia en la implantación de ambas técnicas de encaje, aguja y bolillo, entre la población. Aunque con un origen totalmente diferenciado, ambas se utilizaban con ánimo decorativo llegando a tener una cierta similitud en su apariencia durante algunos períodos, aunque parece que solo a finales del S XVI comenzaron a evolucionar de forma conjunta.
Entre los años 1530 hasta el 1560, los dibujos del encaje a la aguja se componen de elementos repetitivos, salvo en aquéllos que los encajes son de mayor tamaño. Los motivos que en un principio eran geométricos, evolucionan hacia otras formas: volutas, personajes naïfs, animales o motivos vegetales estilizados. El aspecto del encaje cambia, lo que era ligero y aéreo se convierte en denso y opaco. Sin embargo a partir del 1560 los motivos geométricos vuelven a estar de moda y el encaje de bolillos, siempre a la zaga del encaje de aguja, parece que no ha explotado aún con todas sus posibilidades.
Modelbuch
Su aspecto es muy simple, como hemos visto anteriormente, y solo en algunos países del Mediterráneo como Creta y España, ya aparecen algo más elaborados algunos puntos. Los materiales utilizados son hilos de oro, plata y lino.
La manufactura de bandas tejidas en seda y metal, usadas para decorar las vestimentas, dio el empuje al desarrollo del encaje de bolillos, al propio tiempo que la decoración de la ropa del hogar contribuyó al desarrollo en paralelo del encaje trabajado con hilo de lino.
La seda y los hilos metálicos, muy costosos por cierto, procedían de Italia y el encaje de bolillos más antiguo fue con casi toda seguridad realizado allí, en centros de la industria de pasamanería, como Milán, o en lugares de gran tradición comercial de lujo como Venecia.
La evidencia de la importancia del desarrollo del encaje en Italia se puede apreciar en el libro “Nuw Modelbuch”, impreso en Zúrich por Christopher Froschower, pero escrito por una encajera “anónima” con iniciales R.M. Así explica en el prólogo haber estado dando clases durante los últimos 12 años, que la artesanía había sido introducida en Zúrich por comerciantes de Venecia y otros lugares de Italia desde 25 años antes. Ampliaba la información comentando que aunque las primeras piezas eran bandas rectas y estrechas, aplicándose en camisas y faldas, pronto evolucionó la técnica, trabajándose con hilo de lino, y supliendo por su rapidez en la ejecución y su bajo costo a los trabajosos bordados.
Explica asimismo como se expandió rápidamente por Suiza, debido a la aceptación que tuvo su elaboración entre el mundo femenino, por su relativa facilidad y las ganancias que les suponía.Mientras las mujeres burguesas trabajaban en sus finos bordados para engalanar sus casas, las encajeras formaban parte del estrato pobre de la sociedad. Era la ocupación de las pobres, ya que no precisaban de una inversión en materiales y en cambio el valor del producto final era importante.
A partir del S XVI, se extiende por toda Europa y describe R.M. el establecimiento de la manufactura del encaje en prisiones y orfanatos.
“Le Pompe”, publicado en Venecia por los hermanos Giovanni Battista y Marchio Sessa para Matia Pagano, se publicó por primera vez en 1557 y reeditado posteriormente en 1558 y 1559. En 1560 fue editado el número II que a su vez fue reeditado en 1562. Quien compraba y utilizaba estos libros de patrones, debían ser expertas en esta técnica. Los dibujos representaban el encaje acabado sin instrucción alguna. No eran sencillos y en ocasiones era imposible realizarlos sin ser cosidos.
Esta situación cambia cuando a finales del S. XVI el encaje de bolillos se usa conjuntamente con el encaje de aguja. Aparecen referencias al bolillo en libros de muestras de bordados y aguja como el ”Corona delle nobili et virtuose donne” (1591), cuyos diseños decían ser válidos para ambas técnicas, aunque lo cierto es que tan sólo uno de los dibujos se podía realizar.
No fue hasta 1595 que Isabetta Catana Parasole, publicó los dibujos apropiados al encaje fino entonces de moda. Estos dibujos estaban lejos de parecerse a aquéllos tan densos de Le Pompe y de Nuw Modelbuch publicados 50 años antes.
De cualquier forma, durante el S. XVI: aguja, hilos cortados y/o bordados y bolillos conviven y los libros publicados compiten con motivos a veces muy parecidos para ser realizados en las distintas técnicas intentándose adaptar a las fluctuaciones de la moda del momento. Así podemos apreciar un dibujo del Nuw Modelbuch en su pág. 4 que muestra un encaje de bolillos ya muy desarrollado, pero sin llegar a la perfección del de aguja. En su página 7 el dibujo es una clara copia de los trabajos de hilos cortados que se hacían en aquél momento y el punto de aguja geométrico, mientras que el último de la página 25, refleja los orígenes de la técnica tipo de cinta.
Por las piezas que han sobrevivido hasta nuestros días, se ha podido constatar que el libro de Le Pompe contiene dibujos que reflejan los avances de la industria del encaje de bolillos en Venecia en aquella época, sin embargo, no podemos compararlo con el encaje que se trabajaba con lino, muy difícil de encontrar hoy en día, entre otras cosas porque al ser usado como adornos de ropa interior o en ajuares domésticos, eran desechados por su escaso valor cuando se estropeaban. Tampoco han sobrevivido muchas de los encajes hechos de seda o hilos metálicos, los primeros por que corrían la misma suerte que los vestidos cuando se deterioraban y los segundos por que los metales eran fundidos para recuperar su valor como oro o plata.
Bibliography: “Le Pompe, 1559” -Santina Levey- 1983-
Punto in Aria
Reticella
Genova-bolillos
Hilos cortados